Porque tuvo que arrojar del Paraíso a nuestros primeros padres, después los tuvo que castigar con el Diluvio, la Torre de Babel, la destrucción de Sodoma, permitió la esclavitud en Egipto de su pueblo escogido.
Cansado de castigarlos, les envió profetas para que
con su predicación, se convirtieran por las buenas; pero ni fueron escuchados y
encima los mataron.
Esperando que respetaran y escucharan a su Hijo, nos
LO envió y llevamos dos mil años conociendo cómo fue su vida, lo que predicó y
cómo fundó su Iglesia para que como en la barca de Pedro pudiéramos navegar por
este mar proceloso y así arribar a la vida eterna; pero…¿Cuántos lo consiguen?
¿Podríamos esperar que con la venida ARROLLADORA de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad,
un tanto olvidada, conseguría la CONVERSIÓN de todos, ya que ni el Padre con todo el poder CREADOR ni tan poco JESUCRISTO con su predicación y EJEMPLO, lo habían conseguido,
Porque si al crearnos, llegaron al acuerdo de que Jesucristo, como hermano mayor, quiso que fuéramos creados a su Imágen y Semejanza, con el resultado conocido.
¿Pudieran haber llegado a otro gran acuerdo, como sería que el Espíritu Santo, Tercera Persona y última de la Trinidad, se jugara la última carta de nuestro final?
Porque si al crearnos, llegaron al acuerdo de que Jesucristo, como hermano mayor, quiso que fuéramos creados a su Imágen y Semejanza, con el resultado conocido.
¿Pudieran haber llegado a otro gran acuerdo, como sería que el Espíritu Santo, Tercera Persona y última de la Trinidad, se jugara la última carta de nuestro final?
Las actuaciones que hasta ahora ha tenido el Espíritu
Santo han sido las siguientes:
“Cuando la Virgen
María le dijo al Ángel que cómo podría concebir si no conocía
varón, le contestó: El ESPÍRITU SANTO vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo
te cubrirá con su sombra”
Por lo tanto en la concepción de María actuó la Tercera Persona de la Trinidad como el AMOR de
DIOS PERSONIFICADO y nos trajo al REDENTOR.
En el Bautismo de Jesús apareció el ESPÍRITU SANTO
como una PALOMA
En Pentecostés se manifestó como unas LENGUAS DE FUEGO
y un VIENTO IMPETUOSO.
¿Podríamos esperar, haciendo Teología Ficción, que el Espíritu Santo, cansado de que no se estaba cumpliendo la VOLUNTAD SALVÍFICA de Dios interviniera como un FUEGO HURACANADO que al purificarnos nos sentiríamos OBLIGADOS a SER BUENOS.?
En los Evangelios hay unos hechos un tanto proféticos:
Los invitados de aquel amo de la parábola evangélica
fueron OBLIGADOS a entrar en el banquete (Lc.14)
Los demonios serían expulsados de este mundo porque
ellos mismos se metieron en una piara de puercos que se lanzó por un precipicio
hasta el lago y se ahogaron (Lc-8
Y si el Señor no abreviase aquellos días, nadie sería
salvo; pero por amor de los elegidos que ÉL ELIGIÓ, abreviará esos días”
(Mc.13)
Aquí se dice que por amor a los elegidos se
ABREVIARÍAN los días trágicos;
Así como Nínive no fue destruida como había profetizado Jonás por orden de Yavé de que
sería destruida, de aquí a cuarenta días, porque los ninivitas hicieron
penitencia
Lo mismo podríamos pensar que los que presenciaran
aterrados por las calamidades del fin del mundo e impulsados por el FUEGO y
VIENTO purificador del Espíritu Santo, se convertirían y por fin se cumpliría
el DESEO de que Dios viera entrar a todos su hijos en la casa del Padre.
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