En este mundo cuanto más poderoso e importante es una persona necesita de más gente a su servicio y, si es un gran empresario, no puede prescindir de directores, asesores, colaboradores, empleados y trabajadores.
Unos padres de familia, por muchos hijos que tengan o inútil que
alguno sea, no saben ni quieren ni pueden prescindir de ninguno.
Dios que es infinitamente poderoso que todo cuanto existe en el
cielo y en la tierra ha salido de sus manos y que lo tiene todo, no debería
necesitar de nada ni de nadie.
Pero Dios, dada la obra maravillosa y misteriosa ha querido o preferido nuestra colaboración en la procreación sin la cual la vida humana no
existiría.
Es el gran don que nos ha dado, haciéndonos semejantes a EL, al convertirnos en creadores con minúscula y como todo ser humano que nace se
convierte en hijo de Dios, y por lo
tanto querido, necesitado por Dios y por todos los demás.
También necesita de nosotros para la conservación del planeta en
que vivimos.
Si no hubiéramos perdido el Paraíso, posiblemente ahora estaríamos
libres del miedo al cambio climático y a las catástrofes naturales.
El remedio de todos estos males los ha dejado en nuestras manos
para que nos sintamos imprescindibles y así eleva nuestra categoría hasta tal
punto que puede llegar el momento en que podamos evitar los terremotos,
huracanes, inundaciones etc, como hemos conseguido transgredir las leyes de la
gravedad y mantener en el aire sin que se caigan esos mastodontes de aviones.
¿Cuándo se producirá todo eso? Dios que es eterno y no tiene prisa
y a la humanidad le queda mucho tiempo para avanzar, lo conseguirá.
Dios sabe en quien confía y por eso delega. ¿Confiamos y delegamos
nosotros?
Por muy inútil que uno se sienta en este mundo, tenga la seguridad
de que Dios le necesita y le ama. Así lo ha querido porque Dios obra a lo Dios
y no a lo humano.
Nosotros, también a lo humano, deberíamos apreciar, querer y
necesitar más a un familiar aun cuando no esté dotado como los demás
Nadie sobra en este mundo aunque no lo creamos porque la vida es muy larga.
En mi familia en la que yo soy a los 93 años el último superviente de 12 hermanos, sólo habia una hermana menos dotada y gracias a ella, mi madre aguantó cinco años de cama, el estar perfectamente atendida.
La vida es muy larga y nunca se sabe.
La vida es muy larga y nunca se sabe.
Alguien podría pensar que Dios debería haber impedido que mi hermana naciera o que mi madre no tuviera que haber estado cinco años en la cama, pero resulta que Dios como gran creador montas sus leyes en el devenir de nuestra vida humana, que es bastante complicada, como lo hace en el Macro y Microcrosmo, de aquí los grandes y devastadores fenómenos naturales.
DIOS SABE LO QUE HACE
DIOS SABE LO QUE HACE
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