Porque Todo cuanto nos rodea y nuestra propia vida, se puede convertir muchas veces como una moneda arrojada al aire: Cara o cruz: Pobre o Rico. Listo o Tonto. Con Estrella o Estrellado. Amado u Odiado. Con Suerte o mala Suerte. Con Buenos padres o Malos padres. Amigos fieles o Infieles. Hambre o Hartura. Casa o Calle. Andando o Motorizado. Esclavo o Libre. Trabajo o Descanso. Lujuria o Templanza
Todo cuanto nos rodea
tiene dos caras: Noche-Día. Calor-Frío.
Tierra-Mar. Luz- Oscuridad. Sube-Baja. Norte-Sur. Este-Oeste.
Gobierno-Oposición. Positivo-Negativo. Lluvia-Sequía. Fuego-Agua Guerra-paz Mañana-Tarde, Izquierda-Derecha. Buenos-Malos.
Mentirosos-Veraces. Espléndidos-Tacaños. Víctimas-Verdugos
Todos
estos dúos personales, físicos y materiales cuya existencia nadie puede negar,
nos debe llevar necesariamente a contemplar otros dúos más importantes e
incuestionables, como son:
Dios-Satanás, Creador-Criatura.
Dios-Yo. Cuerpo-Alma Vida-Muerte. Tiempo-Eternidad Gloria-Infierno.
Pecado-Perdón. Amor-Odio. Ángeles-Demonios. Creyentes-Ateos.
Si no
odiamos a nadie, ni cometemos injusticias, si amamos la verdad, la fidelidad,
no somos egoístas, sino, solidarios, buenas personas siempre y sobre todo AMAMOS
A DIOS y cuidamos el ESPÍRITU tanto como al cuerpo, entonces, con toda
seguridad, en la aleatoria moneda de nuestra vida nos saldrán mas CARAS que CRUCES.
Y cuando nos caigan cruces que yo le llamo fantasmas, como son los miedos o posibles problemas, siempre estará Jesucristo a nuestro lado, como un cirineo, si así lo CREEMOS y PENSAMOS.
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