“Así que el Cordero abrió el primer de
los siete sellos, vi y oí a uno de los cuatro vivientes, que decía con voz de
trueno: Ven. Miré y vi un caballo BLANCO, y el que montaba sobre él, tenia un
arco. y le fue dada una corona (símbolo del AMOR, la CASTIDAD)
Cuando abrió el segundo sello, oí al
segundo viviente, que decía. Ven. Salió otro caballo BERMEJO, y al que
cabalgaba sobre él le fue concedido quitar la paz de la tierra (Símbolo de la OBEDIENCIA)
Cuando abrió el sello tercero, oí al tercer viviente que
decía: Ven, Miré y vi un caballo NEGRO, y el que lo montaba tenía una balanza
en la mano (símbolo de la
POBREZA)
Cuando abrió el sello cuarto, oí la voz
del cuarto viviente, que decía: Ven, Miré y vi un caballo BAYO, y el que
cabalgaba sobre él tenía por nombre MORTANDAD.
Fueles dado poder sobre la cuarta parte
de la tierra para MATAR por la espada (Por no haber guardado la CASTIDAD) y con el HAMBRE
(Por haber preferido la RIQUEZA)
y con la PESTE
(Por haber DESOBEDECIDO) y con las
FIERAS de la tierra.(Por haber sido atrapados por la MUERTE.” (Apocalipsis
cap.6)
Si queremos llegar con seguridad a nuestro ÚLTIMO y
definitivo destino tendremos que cabalgar:
En el caballo NEGRO que es el de la POBREZA evitando que se
nos encabrite y nos meta en el lodazal de las RIQUEZAS con sus poderes,
ambiciones, usuras, corruptelas e injusticias.
En el BERMEJO que es un color rojizo, cabalgaremos
OBEDIENTES y sumisos a lo que Dios nos mande; pero si se encabrita y nos tira a
la rebelión, a ponerlo todo en cuestión y querer caminar por nuestra cuenta sin
caballo, no sólo, no llegaremos al final
del camino, sino que caminaremos a
ciegas y sin rumbo.
En el BLANCO símbolo de pureza o CASTIDAD
trotaremos limpios, alegres y acariciados por una brisa descontaminada; pero si
el caballo se pone farruco, entra en celos y nos arroja al barro de la
promiscuidad, quedaremos atrapados en sus ciénagas y allí moriremos.
El BAYO cuarto caballo que es la MUERTE nos perseguirá,
temiendo siempre a que en cualquier momento se ponga al galope tendido y nos
alcance inevitablemente, estando enfangados en las ciénagas.
No cabe duda de que nuestros caballos
de batalla son:
Luchar para salir de la POBREZA honradamente.
Procurar que los tsunamis del SEXO no
nos invadan.
Y que nuestras rebeldías no quebranten la OBEDIENCIA a Dios.
Jesucristo vivió POBRE, CASTO y
OBEDIENTE.
Los que se consagran de por vida
exclusivamente a Dios y aspiran a la perfección hacen voto de POBREZA, CASTIDAD
y OBEDIENCIA.
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