¿LA CREACIÓN ES UN ENIGMA O UN CAPRICHO DE DIOS?

         
         En cualquier ENIGMA, si no encierra ningún absurdo ni contradicción, puede llegar a ser COMPRENDIDO con estudio y razonamiento.

         Nadie en su sano juicio podrá negar que todo  lo que Dios ha CREADO es Maravilloso, aunque puede que siga siendo un tanto ENIGMÁTICO por el derroche innecesario al crear tantos millones de Galaxias, Estrellas, Planetas y esa casi infinita variedad de alimentos.

 ¿Quién puede negar la posibilidad de  que Dios tenga en esas Galaxias otros seres inimaginables, como tampoco nos podríamos haber imaginado la existencia de un Dinosaurio y una pulga?

         Parece ser que a Dios le supo a poco todo cuanto había creado para satisfacer su Poder Creativo y Artístico y decidió hacer algo mucho más ENIGMÁTICO como fue el crearnos.

         Durante  todos los días de la creación, Dios decía: HÁGASE

         Pero cuando decidieron crearnos dijo: HAGAMOS al hombre a  nuestra imagen y semejanza con el deseo de que nos pareciéramos a las TRES DIVINA PERSONAS..

         Por eso cuando un humano emplea el PODER que tenga, en CREAR algo bueno para la humanidad y hacer SIEMPRE el BIEN, sin mirar a quien, es porque lo ha heredado del PADRE.

         Cuando con PALABRAS y sobre todo con HECHOS nos ayude a ser BUENOS, estará honrado al HIJO.

         Y si un AMOR a Dios le quema por dentro y le empuja a darse a los DEMÁS, es porque está poseído por el ESPÍRITU SANTO.

          Lo más Maravilloso, Enigmático e INCOMPRENSIBLE; fue el hecho de que TODO UN DIOS tomara nuestra NATURALEZA con todas sus limitaciones humanas.

         Tampoco se comprende  que Jesucristo predicara, viviera y muriera abandonado por los suyos, odiado por sus enemigos e injustamente condenado a morir como un ladrón más y permanecer clavado de pies y manos, siendo OMNIPOTENTE.

         Pero todo esto es RAZONABLE y comprensible  porque su SANGRE, derramada en el Gólgota era la única que podría  LIMPIAR y reconstruir nuestra DETERIORADA imagen, para que, al PARECERNOS  a la de Dios, pudiéramos  participar de la VIDA DIVINA