miércoles, 17 de enero de 2018

¿LA EUCARISTÍA EMITE ALGUNA ENERGÍA?


           Dicen que la televisión en color emite ciertas radiaciones perjudiciales para nuestra salud, lo mismo dicen de los teléfonos móviles, los microondas y otros artilugios y no obstante los seguimos utilizando, nosotros que tanto nos cuidamos  del cuerpo y de la salud,

Existe una ENERGÍA muy misteriosa, gratis y saludable que apenas utilizamos, que emana del SANTÍSIMO SACRAMENTO; pero para que esa energía llegue a nosotros, tenemos que saber estar delante del Sagrario sin prisas, con la mente en blanco sin que la ocupen otros pensamientos, otras imaginaciones, que son como las ventanas cerradas de nuestro espíritu las que impiden que entre Dios en nuestra alma.

 Pero así como cuando  nos tragamos los alimentos como los pavos, no por eso dejarán de alimentarnos, nos privaremos de su disfrute y acabaremos desnutridos.

        Pues algo parecido, sin que valga la comparación, nos podrá suceder, cuando  comulguemos  sin la debida preparación, que no SENTIREMOS esa ENERGÍA misteriosa tan necesaria

Alguno pensará: ¿Cómo es posible que Jesucristo esté SOLO, día y noche, OCULTO en tantos Sagrarios, como hay por todo el mundo?

Por eso con esta contundencia Jesucristo dijo:

       "Yo estaré con vosotros todo los días hasta la consumación de los siglos 

      Y "El que come mi carne y bebe mi sangre mora en mí y yo en él"

¿Cómo podría Jesucristo cumplir esta, tan MISTERIOSA  promesa, si no fuera porque pensaba permanecer realmente en la Eucaristía?

     Santa Teresa de Ávila cuenta que un día, acabando de comulgar, me pareció verdaderamente que mi alma se hacía UNA con aquel CUERPO sacratísimo del Señor, cuya presencia se me representó, e hízome gran operación y aprovechamiento.
    
     Tendría yo uno 17 años, cuando un domingo, al salir de un partido de fútbol, entré en la ermita de la Virgen, que estaba a la salida del campo, para hacer, como todas las tardes, la visita al Santísimo, que estaba en Exposición Menor.

Me arrodillé en el último banco, con las prisas y atención imaginable, ya que les había dicho a mis amigos que continuaran y que los alcanzaría para ir al cine.

 Entonces, SENTÍ, que Jesucristo ESTABA presente allí ¿Cómo? No lo sé: pero lo tengo grabado como si hubiera sido ayer; y jamás lo he vuelto a sentir, aun después de muchas horas delante del Santísimo.

    Otro domingo al volver a casa, habiendo comulgado, SENTÍ de pronto, que Dios estaba conmigo, recuerdo la calle y el sitio de la acera, donde me sucedió.

     También tengo comprobado que Jesús OYE desde la Eucaristía.

Una tarde, al hacer la Visita al Santísimo, Le PROMETÍ  a Jesús, que si mi  hermana salía bien de una operación, y  ME LLAMABA, LO SEGUIRÍA.

Mi hermana se curó, yo olvidé tal promesa; pero Jesús, empezó a llamarme y yo  sin darme cuenta, la cumplí ingresando en la Compañía de Jesús.

         Al empezar los años de Teología, le dije a mi Padre Espiritual que si antes de ordenarme de Sacerdote, me ocurría algo inexplicable, sería señal de que Jesús no me había llamado, puesto que ingresé para ir a misiones y no fui destinado.

            Nunca recordé en todo este misterioso proceso que Jesús me había LLAMADO que yo había CUMPLIDO felizmente; pero sin darme cuenta que yo no debería cumplir la condición que había puesto tres años antes.
  
       Lo que me sucedió después de todo esto, sigue siendo para mi un MISTERIO que sólo podría explicarse por el hecho de que a mis 92 años me esté dando Jesucristo cumplimiento a mis sueños juveniles de ser Misionero de Infieles habiendo publicado en ocho años unos 1.305 artículos y que han leído al día de hoy 190.597 según me informa Blogger
   
         Todo esto, no sólo han aumentando mi FE, sino en la REALIDAD de que Jesucristo está PRESENTE en la EUCARISTÍA y está conmigo cuando lo RECIBO, y cuando lo PIENSE, aun estando divirtiéndome.

         Para mi esa ENERGÍA invisible es una  REALIDAD.

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