Hoy Día de los Reyes Magos estaremos comprobando que los
niños son los que MANDAN, porque todo lo CREEN todo lo ESPERAN, AMAN y son
AMADOS y ante los cuales nos sentimos indefensos y atraídos por un amor muy
distinto a todos los demás amores.
Jesucristo bien claro nos dijo que si no nos hacemos como
niños, no entraremos en el Reino de los Cielos.
Lo misterioso de nuestra naturaleza humana, es que en cuanto
dejamos la niñez y entramos en la juventud o pubertad, no sólo dejamos de mandar, sino que somos tan traídos y llevados, que terminamos siendo unos
mandados.
Lo mismo nos convertimos en unos
Padres ejemplares, o en unos jóvenes que
al renunciar a todo lo mundano, nos consagramos de por vida al servicio de Dios
y de los demás.
O nos metemos en el torbellino de los placeres y vicios y
terminamos para el arrastre.
Tenemos la suerte de que nos queda una tercera edad, en la
que habiendo adquirido la Sabiduría de Dios, que es muy distinta de la de los
hombres y humildemente digamos lo de
Sócrates “Sólo sé que no sé nada”
Y como esa tercera edad es casi como un volver a la infancia,
CREEREMOS y ESPERAREMOS en Dios AMANDO Y SIENDO AMADOS
Y podamos decir lo que
el célebre Unamuno, que fue agnóstico; pero
al final, CREYENTE:
Agranda la puerta, padre,
Porque no puedo pasar,
la hiciste para los niños,
yo he crecido a mí pesar,
Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad
vuélveme a la edad bendita,
en que vivir es soñar.
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