Esto que lo dijo Séneca, es lo que les puede suceder a todos los que quieren conseguir cuanto
antes todo lo deseado, por aquello de que más vale pájaro en mano que ciento
volando, pero muchas veces, el tener ilusión y desear algo IMPORTANTE, produce
más placer que el disfrute de su posesión, porque fácilmente deja de gustar.
Con tal de poseer algo rápidamente,
puede que nos perdamos lo más importante por la impaciencia, porque el que
espera se desespera.
Saber elegir
lo que sea más valioso y necesario, aunque se tenga que esperar, si se consigue
al final, es lo que importa.
Muchos, por adquirir pronto muchas
riquezas, disfrutar de todos los placeres y tener más en este mundo, se olvidan
de desear y ESPERAR lo que al final de la vida, es lo único que nos debería
preocupar, como es el ENCUENTRO con Dios.
Es muy triste ver, a personas mayores,
que al sentirse viejos y sin fuerzas físicas para TENER y disfrutar, se
conforman con ESPERAR la muerte sin más.
Por el hecho de
que a los CREYENTES no les queda otra meta en la vida, que no sea la de VER a
DIOS, deberían emplear todas las energías que les queden en conocer y familiarizarse con Dios, que al
mismo tiempo les serviría de terapia en
sus soledades en este mundo.
¿Pero es que existe
otra vida mejor?
“Hoy mismo estarás conmigo en el PARAÍSO, le prometió
Jesucristo al buen ladrón, porque creyó
y ESPERÓ que Jesucristo llegara a su Reino,
cuando estaba clavado en la cruz.
San Esteban, primer mártir de la cristiandad, cuando era
apedreado, lleno del Espíritu Santo,
miró al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús a la diestra de Dios, y dijo:
“Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre en pie a la diestra de
Dios”
San Pablo en su carta segunda a los Corintios, cuenta:
“Se de un hombre en Cristo que hace catorce años – si
en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, tampoco lo sé, Dios lo sabe – fue
arrebatado hasta el tercer cielo; y sé que este hombre – si en el cuerpo o
fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe – fue arrebatado al paraíso y oyó
palabras inefables que el hombre no puede decir”
Por lo tanto si con FE inquebrantable vivimos
ESPERANDO el encuentro FINAL con Dios y
si entretanto PENSAMOS que Dios ESTÁ a
nuestro lado, gozaremos de una mejor vida.
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