Leyendo la entrevista, que hace tiempo, le hizo un periodista al Prior, no
recuerdo si fue al de la Cartuja de Miraflores o al benedictino de Santo
Domingo de Silos, me hizo impacto la siguiente frase: Lo más importante en
nuestra vida es saber ESTAR en el Señor.
En esta frase se encierra la quinta esencia del verdadero creyente. No es lo
mismo estar CON el Señor, que estar EN el Señor.
Estar CON, significa estar al lado, durante un tiempo, estar EN,
es que estamos dentro del Señor, que es algo más íntimo, acogedor y casi
permanente.
No soportamos la soledad, buscamos la compañía física, aunque, a veces, es
cuando más solos nos sentimos. Todos necesitamos de un hogar, un calor. Muchos
lo buscan en cualquier sitio menos en la casa, en la Iglesia, en el campo o en
el pensamiento. Dios está a tiro de pensamiento. Además Jesucristo nos dijo que
si le amamos y guardamos su palabra, el Padre nos amará y vendrán y harán su
MORADA en nosotros.
UNUM EST NECESSARIUM
(Una sola cosa es necesaria). Estas palabras tan categóricas le dijo
Jesús a Marta, hermana de Lázaro, al quejarse de que su hermana María estaba
escuchando al Maestro y no le ayudaba a preparar el convite a Jesús
. María
estaba magnetizada porque a través de aquellos ojos y voz acogedora, intuía
toda la divinidad de aquel hombre. Por eso Jesucristo dijo que María había
escogido la mejor parte. Había descubierto lo que era ESTAR EN EL SEÑOR.
AMBULA
CORAM ME ET ESTO PERFECTUS (Camina en mi presencia y serás perfecto). Esto fue
lo que Yavé mandó a Abraham, padre de todos los creyentes.
Si
realmente caminamos en la presencia de Dios, seremos perfectos, nos sentiremos
realizados y por lo tanto felices.
Santa Teresa
dejó escrito lo siguiente:
"Viénenme
días que me acuerdo de lo que dijo San Pablo de que vivía él, pero ya no era
él, sino que era Cristo el que vivía en él, aunque a buen seguro que no sea así
en mí. Que ni me parece vivo yo, ni hablo, ni tengo querer, sino que está en mí
quien me gobierna y da fuerza: y ando casi fuera de mí y así me es grandísima
pena la vida. Y la mayor cosa que yo ofrezco a Dios por gran servicio es cómo,
siéndome tan penoso estar apartada de EL, por su amor quiero vivir”.
San Juan de
la Cruz dejó escrito lo siguiente:
"Olvido de lo criado.
Memoria del Criador,
atención a lo interior,
y estarse amando al Amado".
Memoria del Criador,
atención a lo interior,
y estarse amando al Amado".
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