jueves, 23 de mayo de 2019

¿POR QUÉ TENDREMOS QUE SER DE HIERRO Y DE MADERA PARA SUBSISTIR?


          Porque si queremos ser alguien en la vida deberíamos ser como el hierro que se calienta y se enfría sin cambiar de forma. 

         Calentarse y enfriarse internamente sin perder la compostura, sin subirse a las nubes en el optimismo ni hundirse en el abismo del pesimismo, sería lo ideal.

        El hierro no se dobla ante cualquier fuerza, aunque sabe doblegarse cuando se le trata adecuadamente.

       Doblegarse y renunciar de nuestros principios morales y religiosos ante cualquier ataque o crítica; no sería de buen cristiano; pero también saber perder la rigidez y ser flexible y tolerantes en ciertos momentos, sería bueno y constructivo.

      Del hierro, tratado adecuadamente con trabajo y arte, se pueden sacar muchas cosas útiles y artísticas. 

     De nosotros podrían salir unos ciudadanos honrados, trabajadores y sobre todo religiosos y buenas personas, si supiéramos ponernos en manos de educadores bien formados moralmente y capacitados para enseñar y formar y saber evitar que las redes de una propaganda tendenciosa nos conviertan en armas arrojadizas.

      La madera si se calienta demasiado se puede quemar .

     No es flexible ni maleable, o se rompe o se esculpe y  si se sabe caer en manos de un artista que nos convierta en un San Luis.

     Lo más importante de la madera es cuando nos dejamos quemar por los seres queridos y sobre todo por Dios, si llegara el caso, como hicieron tantos mártires.


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