Al Dios Hijo, que al tomar nuestra naturaleza se ha quedado ENTRE nosotros y presente en la EUCARISTÍA día y noche y a nuestro lado esperando que entablemos un íntimo MONÓLOGO.
El Dios Espíritu Santo vive entre nosotros como "Dulce Huésped del Alma" para que nos podamos comunicar pacíficamente mediante el DON de Lenguas, como lo demostró el día de Pentecostés.
Puede parecernos que el Espíritu Santo, por ser la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, apenas interviene en el devenir de la historia, ignorando que Jesucristo tomó nuestra naturaleza por obra del Espíritu Santo.
Nosotros somos hijos de Dios porque nos han bautizado en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
El que no sepa como rezar al Espíritu Santo, le digo que hace muchos años se publicaba diariamente en ABC, ignorando su autor. la siguiente oración, que yo rezo todos los días.
“Espíritu Santo, tú que me aclaras todo. Tú que iluminas todos los caminos de la vida para que yo alcance mi ideal.
TÚ que me das
el don divino de perdonar y olvidar todos los males que me hacen y en todos los
instantes de mi vida quieres estar conmigo. quiero en este corto diálogo, agradecerte
por todo y confirmar una vez más que nunca quiero separarme de TI, por mayor
que sea la ilusión material.
Gracias por tú misericordia para conmigo y lo míos"
El que rece esta oración MEDITÁNDOLA en
profundidad,
SENTIRÁ al Espíritu Santo como “Dulce Huésped de Alma”
No olvidemos que para SENTIR que DIOS
ESTÁ DENTRO hay que tener MUCHA FE, cosa DIFÍCIL y tan fácil como es el
PENSARLO,
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