El ser humilde no significa estar
arrugado, tímido, quieto, sin arrestos, arrodillado o tirado por los
suelos, sino que al conocerse a sí mismo, dice "saber que no sabe nada" y
por lo tanto al estar
en la verdad, caminará libre.
El que sea humilde de verdad porque
admite que todo cuanto tiene de inteligente, de trabajador, de honradez y de todas otras muchas cualidades, no son suyas. Sino
que son DONES de Dios, con los que ha intentado e intenta negociar.
Por lo tanto no se cree superior a los demás. Cada uno es como Dios lo ha creado o dotado.
Por lo tanto no se cree superior a los demás. Cada uno es como Dios lo ha creado o dotado.
Porque lo que importa en este mundo
tan desigual, es que interpretemos el papel que Dios nos haya asignado, sea de
rico o de pobre, porque nos lo pagará no por la categoría del personaje, sino
cómo lo hayamos interpretado.
Cuando te encuentras con alguien humilde,
sencillo, que te escucha, que habla lo necesario, sin protagonismo,
demostrando mucha inteligencia, honradez y con principios éticos morales
y
religiosos, es educado aunque vaya
pobremente vestido, te habrá conquistado sin pretenderlo, de tal forma
que puedes tenerlo como buen amigo en quien puedes confiar plenamente.
Pero si te topas con un altivo,
presumido, queriendo demostrar que las sabe todas, que habla y habla,
que promete y promete sin ideas claras y a veces contradictorias y
utópicas, demostrando una ambición desmedida y sin más bagaje que lo que
dice, piensa y no
muy ortodoxo.
Con ese tal no se iría, ni a una mina de oro que dice ser suya.
Ahora por desgracia, el que siendo inteligente; pero humilde, pasa desapercibido y es un don nadie.
Pero los altivos, ambiciosos, ateos, agnósticos, anticlericales que critican y a veces, hasta insultan sin mucha educación, no ofrecen material ni para fabricar un ladrillo.
Que Dios nos libre de estos libertadores que quieren cambiar el mundo, poniéndolo patas arriba.
Ahora por desgracia, el que siendo inteligente; pero humilde, pasa desapercibido y es un don nadie.
Pero los altivos, ambiciosos, ateos, agnósticos, anticlericales que critican y a veces, hasta insultan sin mucha educación, no ofrecen material ni para fabricar un ladrillo.
Que Dios nos libre de estos libertadores que quieren cambiar el mundo, poniéndolo patas arriba.
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