Alabad a Dios.
Invocad su nombre.
Dad a conocer entre los pueblos sus proezas
Gloriaos
en su santo nombre.
Alégrese
el corazón de los que buscan a Dios.
Si
leemos, releemos y sobre todo meditamos y vivimos estos escogidos versículos del Salo 104 (105), nuestras vidas
CAMBIARÁN que son las que realmente podrán cambiar el mundo y no el incierto CAMBIO que nos proponen algunos.
Porque
¿Cuántos de los que nos proponen ese Cambio, ALABAN e INVOCAN al DIOS y nos dan
a conocer sus proezas?
Ojala
esa Regeneración Democrática tan ampulosa y predicada sea GLORIARSE en el santo nombre de
DIOS y en alegrar los corazones de los que BUSCAN a DIOS.
Y no
en criticar, dividir y enfrentarnos, para conseguir sus propuestas y promesas
electorales, en lugar de recordarnos las maravillas y prodigios que Dios ha
obrado y sigue obrando, y que oigamos
las sentencias de Dios que son palabras
que dan vida eterna y no utopías, a sabiendas, que son irrealizables.
Si para construir y que dure un grandioso edificio lo
primero que habría que hacer es ahondar en los cimientos, tener los materiales
adecuados y luego ensamblarlos
Luego para que surja una
gran sociedad y que dure, habrá que
cimentarla en los principios inamovibles de los Mandamientos de Dios, que
deberán aceptar y cumplir todos los componentes de esa gran sociedad,
ensamblados y dirigidos por los políticos mejor capacitados, más honrados, sin
sectarismos y con sentido de estado.
Porque CAMINAR
sin la VISTA en DIOS sería IR PARA ATRÁS
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