En su Santuario existe una piscina en donde, meten a los enfermos esperando el milagro que se han producido más de 7.000 curaciones inexplicables.
En muchos santuarios existen
fuentes, cuyas aguas, hacen milagros.
Pero deberíamos saber que las aguas
no hacen milagros, es por la FE con la que se bebe.
Por eso se producen poco milagros
porque habría que tener FE como un grano de mostaza para conseguir mover
montañas, que eso sería un milagro.
¿Y de qué nos serviría tener esa FE
para mover montañas que nos aplastarían como nos puede suceder si ganamos todo
el mundo y perdimos nuestra alma?
Si tenemos FE para beber agua de esas
fuentes milagrosas, pero no podemos desplazarnos hasta ellas.
Sepamos que los millones y millones
de palabras que existen en la Sagrada Escritura, sobre todo en los Evangelios,
son gotas de agua que al leerlas nos pueden saciar la sed de felicidad.
Pero para que el agua de esas fuentes, realice milagros,
habrá que leer lo que cuenta San Marcos capítulo 5- 21 para CREER, como lo hizo la Hemorroísa, mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, que al CREER que con sólo
TOCAR el manto de Jesús, se curaría y Jesús conociendo quién le había tocado, le dijo: Hija, tu FE te ha salvado.
Cuenta San Juan en su capítulo 4º
que Jesús fatigado del camino, se sentó junto a la fuente de Jacob y al llegar
una Samaritana a coger agua, Jesús le dijo: Dame de beber
¿Cómo tú siendo judío, me pides de
beber a mí, mujer samaritana?
Si conocieras el don de Dios y quién
es el que te dice: Dame de beber. Tú le pedirías a EL y EL te daría a ti AGUA
VIVA.
¿De dónde te viene esa agua. Acaso
eres tú más grande que nuestro padre Jacob?
Quien bebe de esa agua volverá a
tener sed; pero el que beba del agua que yo le diere no tendrá jamás sed, que
el agua que le dé se hará en él una fuente que salte hasta la VIDA ETERNA.
Luego ya sabemos dónde está esa
fuente de agua tan milagrosa que si la bebemos con FE puede hacer el milagro de
quitarnos esa sed insaciable de agua contaminada y nos lance hacia la vida
ETERNA..
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