¿CUÁL ES EL TRABAJO MEJOR REMUNERADO?

         Cualquier ocupación durante el día, exige una dedicación, tarea o trabajo y no siempre remunerado, y a veces, hasta divertirse cuesta trabajo.

         Es una ley tan de vida y tan contradictoria que luchamos por un  empleo y cuando lo tenemos, despotricamos.

         También es verdad que a veces decimos:

         Qué trabajo nos manda el Señor,

         Levantarse y volverse a acostar.

El Papa dijo que el mejor trabajo sería si supiéramos  unir trabajo y oración cumpliendo la regla de San Benito ORA et LABORA, o sea REZA y TRABAJA.

         Los Benedictinos, Trapenses, Cartujos y demás órdenes contemplativas deben vivir para REZAR o sea estar el  mayor tiempo en contacto con Dios, como el trabajo más fácil sublime y mejor remunerado porque  su salario es  gozar de Dios ya aquí en la tierra.

       También tienen que LABORAR o sea trabajar en sus huertos, talleres etc, para poder alimentarse.

         Los que vivimos fuera de esos Monasterios y tenemos que trabajar para comer, deberíamos saber Orar, o sea, levantar nuestro pensamiento a Dios que no nos pierde de vista.

         Si para los monjes, lo primero y principal es ORA et LABORA.

         Para nosotros debería ser lo primero, por imperiosa necesidad, el LABORA y también  el ORA, si queremos subsistir.

         Se cuenta que un monje preguntó que si durante el rezo podría fumar, y la respuesta fue negativa.

         Otro preguntó que si cuando fumaba podría rezar. Ojalá lo hiciera siempre, fue la respuesta.

         Recuerdo que en el catecismo cantábamos lo siguiente:

         En mi casa, sólo hay uno,
        que no reza al levantarse, 
        se levanta, se sacude,
        la zanguanga y a la calle.

        Para el Cielo ir,
        reza sin cesa,
        y los Mandamientos fielmente guardar.

El que CREA y VIVA lo que decía Santa Teresa de que Dios andaba entre los pucheros, cualquier trabajo por difícil o estresante que sea, será como coser y cantar porque sentirá, si así lo piensa, que Jesucristo está a su lado porque así lo prometió: Yo estaré con vosotros todos los días, y el estar significa presencia física.