¿Cómo soportaríamos una vida en línea recta, sin obstáculos, sin dificultades, sin problemas, sin tener que trabajar, sin tareas ni entretenimientos?
¿Cómo podríamos
comer sin hambre?
¿Cómo disfrutaríamos del descanso si no estamos cansados?
¿Cómo disfrutaríamos del descanso si no estamos cansados?
¿Qué tal si siempre fuera de noche o de día?
¿O gozar al acostarnos y sufrir al levantarnos?
¿O gozar al acostarnos y sufrir al levantarnos?
¿Por qué es infinitamente más
placentero lo que se experimenta cuando se ha resuelto un gran problema o
disgusto?
¿Por qué se dan todas estas, en
apariencias, contradicciones?
¿Es que Dios juega con nosotros?
En parte sí, porque nuestra vida terrenal
comparada con la eterna es como una infancia y sólo nos puede trata como tales.
Así como los niños son conscientes del
cuerpo y ni siquiera saben que tienen alma, los padres voluntaria o
involuntariamente le hacen sufrir algo tan interior sin haberle tocado ni un
pelo,
Pues Dios permite que nos angustie
algún problema, dificultad o tragedia para recordarnos que en nosotros hay algo
más importante que el cuerpo al que tanto cuidamos y a veces, en deterioro del
alma.
También para que se nos meta en la cabeza que existe:
Dios y Satanás
El Cuerpo y el Alma
El Bien y el mal.
El amor y el odio
EL INFIERNO Y LA GLORIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario