Como en esta vida. “Hay que tener más paciencia que el
Santo Job, sepamos brevemente lo que el Santo Job Sufrió y Dijo.
Satán, con permiso de Yavé, le arrebató a Job todos sus hijos
de un modo cruel y escalonado, aniquilando a su familia, ganado, propiedades y a él con una úlcera maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza.
Rascábase con un tejón y estando sentado sobre la ceniza, adoró diciendo:
“Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré a ella, Yavé lo dio y Yavé lo ha quitado. ¡Bendito sea el nombre de Yavé.
Rascábase con un tejón y estando sentado sobre la ceniza, adoró diciendo:
“Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré a ella, Yavé lo dio y Yavé lo ha quitado. ¡Bendito sea el nombre de Yavé.
“Díjole entonces su mujer: - ¿Aún sigues tú aferrado a
tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!; Pero Job replicó: “Como mujer necia
has hablado. Si recibimos de Dios los bienes, ¿Por qué no también los males?
Yavé bendijo las postrimerías de Job más que en sus
principios Tuvo catorce hijos y tres
hijas. Vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus
hijos hasta la cuarta generación y murió anciano y colmado de días.
A todo, esto leamos algunas de sus respuestas entre sus 41 capítulos del libro de Job en la Biblia.
"Apiadaos de mí, siquiera vosotros mis amigos, porque me ha herido la mano de Dios.
¿Quién me diera que se escribiesen mis palabras y se consignaran en un libro y que con un ponzón de hierro se esculpiesen para siempre?
Porque yo sé que mi Redentor vive y al fín se erguirá como fiador sobre el polvo y detrás de mi piel yo me mantendré, y desde mi carne yo veré a Dios.
Al cual yo le veré: veránle mis ojos y no otros.
Si decís: ¿Cómo le perseguiremos y qué pretexto encontraremos para acusarle?
Temed por vosotros mismos ante la espada, cuando la cólera se inflamará contra las faltas, para que sepáis que hay un juicio."
En estos pocos versículos de lo 41 capítulo de su libro, ya Job supo de la existencia de Jesucristo a quien vería y cómo sería el juicio de los pecadores.
A todo, esto leamos algunas de sus respuestas entre sus 41 capítulos del libro de Job en la Biblia.
"Apiadaos de mí, siquiera vosotros mis amigos, porque me ha herido la mano de Dios.
¿Quién me diera que se escribiesen mis palabras y se consignaran en un libro y que con un ponzón de hierro se esculpiesen para siempre?
Porque yo sé que mi Redentor vive y al fín se erguirá como fiador sobre el polvo y detrás de mi piel yo me mantendré, y desde mi carne yo veré a Dios.
Al cual yo le veré: veránle mis ojos y no otros.
Si decís: ¿Cómo le perseguiremos y qué pretexto encontraremos para acusarle?
Temed por vosotros mismos ante la espada, cuando la cólera se inflamará contra las faltas, para que sepáis que hay un juicio."
En estos pocos versículos de lo 41 capítulo de su libro, ya Job supo de la existencia de Jesucristo a quien vería y cómo sería el juicio de los pecadores.
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