Si en este mundo, todo gran creador,
con lo que más disfruta y se divierte es creando ha creado una nuevas genialidades, no cabe
duda de que al querer el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, salir de su Divina Soledad, debieron sentir la necesidad de hacer algo tan grandios que pudiera estar a su altura.
Para eso crearon este casi infinito Universo conocido, desconocido y en continuo desarrollo durante millones y millones de años.
Para eso crearon este casi infinito Universo conocido, desconocido y en continuo desarrollo durante millones y millones de años.
Crearon a los ángeles con un principio
y un final ya determinado, aunque no lo mismo para todos, puesto que algunos se rebelaron.
Con este ímprobo y genial trabajo,
disfrutarían lo indecible; pero no les divertiría porque para divertirse hay
que descubrir lo inesperado por lo grandioso que podría ser el que un SER
HUMANO pudiera procrear nuevos seres y llegar a
SER DIVINO.
Y para, eso Dios nos creó y así, al
tener un comienzo, pudiera divertirse contemplando el desarrollo de todos y cada uno
de nosotros, con los millones que han sido, somos y seremos.
Si todos pudiéramos escribir todo cuanto
nos ha acontecido en la vida. ¿Quién podría leerlos?
Pues Dios no es que los pueda leer, es
que todo cuanto nos ha sucedido, fue diseñado y dirigido por ÉL y lo que le
divierte o le apena es comprobar como lo habremos interpretado de bien o de mal.
Los griegos se divertían viendo cómo
interpretaban los actores sus tragedias
cuyos finales ya conocían.
Luego si Dios nos da un principio,
también nos ayudará a que lo desarrollemos a su gusto para que al final podamos
verlo, con Dios a nuestro lado, en una gran pantalla y comprenderemos la de
veces que hemos fracasado porque no hemos permitido que Dios nos dirija y ayude.
No hay comentarios:
Publicar un comentario