viernes, 22 de febrero de 2019

¿CUÁLES SON LAS DOS INCÓGNITAS INELUDIBLES?


         Nada más nacer sin nuestro consentimiento, nos da Dios y nuestros padres la VIDA que es la gran incógnita, puesto que no tenemos ni idea, de lo que nos pueda suceder y si alguien nos lo dijera,  no lo creeríamos.

Todos, el que más o menos, según los años que tenga, si piensa en su vida pasada, no comprenderá cómo ha podido vivir todo lo acontecido.

La otra gran incógnita es la MUERTE que aunque también nos llega sin nuestro consentimiento y sin conocer cómo será, no es tan desconocida como es al nacer, puesto que Jesucristo, que es Dios nos dice:

“Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá, y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre”

Y tanto amó Dios al mundo que le dio a su Unigénito Hijo, para que todo el que crea en ÉL, no perezca, sino que tenga la Vida ETERNA.

¿Y cómo será esa Vida Eterna,  que es lo que nos gustaría saber?

San Juan dijo:

"Queridísimos, nosotros somos ahora hijos de Dios, más lo que seremos algún día, no aparece aún.

Sabemos que cuando se manifieste Jesucristo, seremos SEMEJANTES a ÉL, porque le veremos como ÉL es.

Y no como al través de velos o sombra, sino en SÍ mismo.

Seremos semejantes al Jesús del Tabor"

San Pablo dijo:

"Yo, hermanos llegué a anunciaros el testimonio de Dios, no con sublimidad de sabiduría, que nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo y este crucificado.

             Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios tiene  preparado para los que le aman.

             Tengo por cierto que los Padecimientos del tiempo presente no son nada en comparación con la Gloria que ha de manifestarse en nosotros (Romanos cap.8)

             Sé de un hombre en Cristo que hace catorce años, - Si en el cuerpo, no lo sé, si fuera del cuerpo, tampoco lo sé, Dios lo sabe - fue arrebatado hasta el tercer cielo; y sé que este hombre - si el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe, fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no puede decir.(2 Corintios, cap.12)

             He aquí el testimonio de Santa Teresa de Jesús:

           "Íbame el Señor mostrando grandes secretos---

            Quisiera yo dar a entender algo de lo menos que entendía, y pensando  cómo puede ser,  hallo que es imposible;porque en sola la diferencia que hay de esta luz que vemos a la que allí representa, siendo todo .luz, no hay comparación, porque la claridad del sol parece muy desgastada.

             En fin no alcanza la imaginación, por muy sutil que sea, a pintar ni trazar cómo será esta luz, ni ninguna cosa de luz que el Señor me daba a entender como un deleite tan soberano que no se puede decir; porque todos los sentidos gozan en tan alto grado y suavidad, que ello no se puede encarecer, y así es mejor no decir más"

             Pero podremos pensar que  viremos extasiados, contemplando endiosados la grandiosidad de toda esa creación casi infinita y sobre todo  el inefable AMOR de Dios, si en la tierra hemos  experimentado que sólo  hemos sido felices cuando hemos AMADO y hemos sido AMADOS.

                 Porque ese amor recíproco TERRENAL se convertirá en un ETERNO AMOR RECÍPROCO CON DIOS
          

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