miércoles, 20 de febrero de 2019

SIN MI NO PODÉIS HACER NADA

 Porque Yo soy el CAMINO la VERDAD y la VIDA.

           El que me sigue no anda en TINIEBLAS.

           Y porque sabrá que aunque soy manso y humilde de corazón, tengo poder, no para eliminar vuestros trabajos, sino para AYUDAROS.

También tendréis que recordar que mi Padre os amó tanto que me entregó a vosotros para que yo fuera crucificado y todo  el que creyera  en mí, no pereciera sino que  tuviera la vida ETERNA. 
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         Sólo Jesucristo, como Dios que es, prometió y sigue cumpliendo tales promesas.

¿Quién en este mundo, en su sano juicio se atrevería a decir, prometer y cumplir todo esto?

Pues a veces somos tan ingenuos, ignorantes, confiados y tan crédulos que nos creemos y aceptamos todas las promesas que nos hacen:

 UNOS, porque  puede, que tengan algunas buenas ideas un tanto utópicas, pero  inexpertos en gobernar que es muy distinto de idear.

 No tienen muchos escrúpulos y pocos principios éticos morales y religiosos.

           Se declaran ateos, agnóstico, anticlericales, dando   muchas facilidades para que en nombre de la libertad se pueda vivir en un libertinaje. 

Y aunque puedan decir que toda la vida han sido honrados, será porque aún no han tenido oportunidad de meter la mano.

A OTROS les desautoriza, y no les da credibilidad  las contradicciones en las siguientes propuestas sociales

Dicen y proponen defender los derechos de los pobres y al mismo tiempo quieren atacar a la Iglesia que  con sus múltiples asociaciones benéficas los socorren a cambio de nada y nunca por votos.

Quieren que todos tengamos un trabajo digno y fomentan el odio contra los que se arriesgan a  montar empresas, mantenerlas y crear riqueza.

Es verdad que “Tanto monta, monta tanto el capital como el trabajo”; pero se olvidan de que entre hombre y hombre hay una diferencia.
         
          El empresario o sea el rico, arriesgando su dinero puede crear muchos puestos de trabajo.

          El asalariado tiene asegurado su sueldo.

También es muy triste comprobar que los sindicatos sólo defienden los derechos de los trabajadores y muy poco sus obligaciones laborales. He aquí otra de sus muchas contradicciones en sus políticas.

Convendría recordar la historia que nos demuestra que las dos veces que han gobernado unos, nos han  dejado en crisis y otras dos veces los otros nos han sacado de la crisis, ¡¡Por algo será!!


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