En
la antigüedad, los santos Padres tuvieron sus estilos de acción con Dios
Unos lo hacían como si fueran
esclavos, tratando de complacerle por miedo al castigo. Esto no es cristiano.
Decía San Pablo: Mirad, no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un Espíritu de adoptivos hijos que nos permite gritar ¡Abbá¡ ¡Padre¡ (Romanos 8,15)
Otros lo hacían como negociantes,
obraban bien buscando recompensa, o pedían algo a Dios prometiendo realizar un
sacrificio u ofrenda a cambio. Esto tampoco es cristiano
El único modo de relacionarse con
Dios es como hijos que obran bien, movidos por el amor. A esto exhortaban los
santos Padres.
En el pasado los hijos imitaban a sus padres incluso heredando su profesión.
San Pablo decía: “Sed imitadores de Dios como hijos queridos (Ef 5,1)
Y en el Sermón de la Montaña, Jesús dice:
“Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen para que seáis hijos de vuestro Padre celestial que hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos…” (Mt.5. 43-48).
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