Lo que todos ansiamos en este mundo es tener seguridad que creemos
obtenerla si tenemos salud, dinero y amor. Por eso empleamos todo nuestro
trabajo y esfuerzo en conseguirlo.
Muchas veces, aún teniendo
estas tres cosas, nos sentimos inseguros por los peligros que nos rodean y por
las zozobras y temores interiores que nos atormentan.
¡Qué poca gente vive
completamente relajada y segura¡¡
¿Cuantos tienen que recurrir a las drogas para quitarse los miedos y las depresiones?
¿Cuantos tienen que recurrir a las drogas para quitarse los miedos y las depresiones?
Sólo existe una cosa que nos
puede dar una seguridad, no externa, porque eso no depende de nosotros, sino
una seguridad interna que es la que más nos angustia.
Si somos capaces de PENSAR que Dios que es infinitamente poderoso y además es nuestro PADRE en cuyas manos nos ponemos, nos SENTIREMOS seguros porque sabemos que estamos en las mejores manos, a sabiendas de que en todo lo que nos pueda acontecer, aunque de momento no nos lo parezca, será para nuestro bien.
Para todo esto habrá que tener
la FE de un santo o la de un niño, porque: “Si no nos hacemos como niños no
entraremos en el Reino de los Cielos.” Palabras de Jesucristo (Mt.cp.18)
¡Qué seguros y felices se
siente los niños al amparo de sus padres!.
Cuando nos convenzamos de que
lo único que nos puede dar un poco de felicidad y seguridad, en muchos
momentos, será cuando RECEMOS y sepamos estar en contacto con Dios el mayor
tiempo posible.
“A quien espera en el Señor, “
dice el Profeta Isaías, “ Le salen alas de águila”.
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