Los jóvenes y los no tan jóvenes, son tan rebeldes porque el instinto de independencia, como el sexo, surge a lo bestia, y casi siempre sin razón. Puro instinto egoísta.
El adulto está deseando independizarse de los padres, para por ley
de vida y sin darse cuenta, meterse en la dependencia de la pareja. Cosas
inevitables de la vida.
Como se está fomentando tanto la libertad y la independencia, el
divorcio exprés está al orden del día para volver a tropezar en la misma
piedra.
Estamos condenados a no conseguir nunca la independencia.
Estamos condenados a no conseguir nunca la independencia.
Hay muchos, y esto es lo grave, que no quieren tener ninguna
dependencia de Dios, se rebelan contra sus mandatos y caen de bruces en la
esclavitud del alcohol, droga, promiscuidad sexual y violencias para terminar
esclavizados de por vida en la cárcel.
Muchos países han conseguido su independencia y con justa razón porque eran casi esclavos de
colonizadores, invasores etc.
En estos casos luchaban por conseguir su libertad que no
necesariamente deseaban llegar a la independencia.
Nadie tiene derecho a privar de libertad a un pueblo o a un
individuo, a no ser que el tal pueblo sea realmente un peligro inevitable para
los demás y lo mismo en lo individual.
Muchos pueblos ni están esclavizados por nadie y gozan de plena
libertad y sin embargo piden y luchan por conseguir su independencia.
No es el pueblo en general, sino unos pocos ambiciosos que quieren ser “Cabecitas de ratón y no colitas de león” porque
así manejan a su gusto la ratonera, aprovechándose del instinto individual que
todos tenemos de INDEPENDENCIA.
Somos tan ingenuos y torpes que por seguir ese instinto individual
y tan funesto nos dejamos engañar al creer que si nos libramos de una política
general, tendremos más libertad, sin darnos cuenta que caeremos en una política
caciquil y pueblerina.
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