Un sabio es todo aquel que sabiendo
muchas cosas, llega a la conclusión de que no sabe nada; por eso el ignorante que
tan poco sabe nada, se puede llamar Sabio si teme al Señor, porque:
“El Temor de Dios es principio de la
Sabiduría”
El temor del Señor es gloria y
honor, prudencia y corona de gozo.
El temor del Señor, regocija el
corazón, da regocijo, alegría y longevidad.
Al que teme al Señor, le irá bien en
sus postrimerías y el día de su fin hallará
gracia.
El amor del Señor es gloriosa
sabiduría, a quienes se presenta, les da parte en ella para su contemplación.
El principio de la Sabiduría es
temer a Dios, y se les comunica a los fieles ya en el seno materno.
Como lluvia derrama Dios la ciencia,
el conocimiento y la inteligencia y levanta la gloria de los que la poseen.
El temor del Señor aleja los pecados
y quienes no temen no podrán justificarse.
El violento arrebato no tiene
disculpa, la cólera furiosa lleva a la ruina.
El hombre magnánimo espera su
tiempo, pero al fin se le reparte alegría.
Retiene la palabra hasta que llega
su tiempo, y los labios los fieles celebran su
prudencia.
En los tesoros de la sabiduría hay
sabias sentencias, pero la piedad para con Dios es execrable al pecador.
¿Deseas la Sabiduría?
Guarda los Mandamientos y el Señor te la otorgará.
Pues la sabiduría y la disciplina
son el temor de Dios y su complacencia, la fe y la mansedumbre.
No seas rebelde al temor de Dios y
no te llegues a EL con corazón doble.
No
seas hipócrita delante de los hombres y pon atención a sus labios.
No te engrías, pues caerías y
echarías sobre ti la infamia.
Y el Señor descubrirá tus secretos y
te derribaría en medio de la asamblea.
Por no haberte dado al temor del
Señor, y estar tu corazón lleno de engaño.
Después de haber leído una mínima
parte del ECLESIÁSTICO, convendría recordar lo que Jesucristo que es Dios dijo:
¿”De qué le aprovecha al hombre
ganar todo el MUNDO si pierde su ALMA?
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